Son muchos los temas pendientes de publicar en este blog, pese a que el tiempo se acaba, prometo escribir hasta el último segundo vivido en este maravilloso país, pero a falta de cinco días para regresar a casa quiero compartir con todos ustedes la sensación que tengo ahora mismo en mi cuerpo.
La primera sensación es de tristeza, esta experiencia se acaba, una experiencia que valoro positivamente y que tal vez sea la mejor de mi vida, en ella he podido conocer a personas de todo el mundo, compartir ideas, conocer nuevas culturas y costumbres, en definitiva, esta experiencia me ha hecho tremenda rico, y no por poseer mucho dinero precisamente.
He aprendido a decir te quiero, a echar de menos, a valorar los pequeños detalles, a que ningún problema por grave que sea perdura en el tiempo. Esta aventura entre otras cosas ha hecho que me reencuentre conmigo mismo, y que vea la vida desde otro punto vista, vuelvo a ser el mismo, vuelvo a ser Marcos.
Cuando estas fuera de casa, lejos de tu gente, cada noticia que te llega se magnifica, y a mi, desgraciadamente me llegaron dos de las peores noticias que me podían llegar, por ello quiero hacer especial mención a "Miguelillo y a Tío Carlos", se les echara mucho de menos.
A continuación se muestra un vídeo en el cual dos jóvenes regresan a España para sorprender a sus padres, no me encuentro en la misma situación, pero esta experiencia y la situación que atraviesa mi país, España, hace que piense cada día más el salir de España para trabajar y garantizarme un presente mejor y un futuro tranquilo.
Enlace a vídeo
La parte positiva del regreso es ver a la familia y amigos, nunca pensé que me fueran a echar tanto de menos, y mucho menos pensar lo importante que he podido llegar a ser en sus vidas.
Cada vez que pienso en el próximo lunes, la cara me cambia y se dibuja una enorme sonrisa, he imaginado muchas noches como va a ser esa llegada, pero saben que, que seguro que será mejor de que lo que pienso.
Para terminar, prometo volver a Rumanía, y prometo no cambiar, quiero seguir siendo esa persona feliz, con una sonrisa permanente, y como dice el dicho "pa´tras no pa´coger carrerilla".